10/03/19 Cali, Colombia
"Compartan su experiencia de conversación con la
otra parte. Veo esto como una forma de alentarnos unos a otros"
¿Puedes decirnos de qué se trata tu compartir?"
Pregúntale a mi amigo de la iglesia nazarena; Juan y a su madre Norha.
Enfoco mi participación en sanar la profunda brecha
que hay hoy en Colombia. Un lado apoya los acuerdos de paz y el otro se opone a
ellos. Mi enfoque viene del libro: ‘Yo tengo razón y tú eres un idiota’. Ambas
partes piensan esto el uno del otro y no se hablan. Esto es muy similar a lo
que está sucediendo en los Estados Unidos hoy a favor de Trump y en contra de
Trump.
Comienzo compartiendo mi experiencia de tratar de
hacer esto yo mismo. Luego pido a los oyentes que para hablar a través de la
pared que nos separa. Y así plantar semillas para una sociedad colombiana más
amable.
"Ese es un verdadero desafío como todos sabemos
hoy aquí en Colombia", dijo Norha. Ella agregó: "¡Juan! sería genial
que Jim compartiera con los pastores que ha apoyado el programa de adicción a
las drogas durante 42 años de Enrique el pastor Bautista".
Dos días después, Juan me dijo: "Enrique dijo que
le gustaría reunirse contigo antes de establecer un horario para que tú
hables".
Enrique comenzó: "He sido un activista de
izquierda durante mucho tiempo. No podía creerlo cuando mi esposa dijo que
había votado por la derecha de Duque que está tratando de acabar con el acuerdo
de paz. Supongo que solo tenemos que aceptar algunas cosas; la vida es un
desafío", agregó Enrique.
Tres días después con los pastores comencé con la
presentación habitual y compartiendo algunas de mis experiencias a través del
pasillo y luego les pedí que articularan sus experiencias.
Y en ese momento la gente simplemente comenzó a
compartir sus experiencias e ideas y no se detuvieron por más de una hora.
Aproximadamente 15, todos menos 2 compartieron por al menos 2 minutos. A menudo
dirigían sus comentarios el uno al otro en lugar de a mí. Algo que esperaba que
hicieran, ya que mi objetivo es que ellos hablen la mayor parte del tiempo.
Una mujer pastora que trabaja con víctimas de la guerra
comentó: "He llegado a creer que no importa de qué religión, incluso
budista, todos adoramos al mismo Dios". Yo agregué: "Una vez, como
parte de ECAP, conocimos algunos soldados de las FARC, y cuando oramos el
‘Padre Nuestro’ con ellos, uno de los soldados rompió en llanto cuando llegamos
a la parte ´Perdona nuestros pecados`; en el fondo él creía en Dios.
Ora para que estas semillas fructifiquen la justicia y
la paz y ayuden a terminar con los muros que dividen a los colombianos hoy.
Jim
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